6.3.07

Miedo

Se despertó. Pensó que había dormido días, tal vez semanas o meses. La atmósfera le resultaba más espesa, nueva, artificial. La luz que se filtraba por su ventana no era pura, sino turbia y sucia. Y el aire, caliente, olía, olía demasiado. Su nariz ardía de lo irritada que estaba, y su piel, escareada, había perdido su color. Simplemente era pálida, y con una leve tonalidad grisácea. Buscó razones en su mente, en sus recuerdos. Lo único que recordaba era haberse acostado, un día más, y haber soñado, haber soñado mucho.

Fragmentos de sus sueños esbozaban recuerdos de sensaciones para él inéditas, y sus sueños le parecían crueles, inhumanos.

Se levantó, y se asomó por la ventana. Efectivamente, la luz era turbia, pero no lo pudo achacar a un día nublado, ya que lo único que veía era cómo una tela grisácea se tambaleaba en el aire. Y había una gran ciudad a sus pies. Los coches no volaban, como habría cabido esperar dadas las circunstancias, pero lo que le llamó la atención fue la desolación de las calles. Ni una sola alma, y parecía la ciudad en la que se había acostado. Era la ciudad en la que se había acostado, no cabía duda, esa ciudad que nunca dormía: la gran manzana.

Encendió lo que había sido su televisor, y todas las emisoras hablaban de armas químicas, de guerras y precauciones. Lo ignoró todo, pero le llamó la atención lo que decían de la tela que les cubría. «Un método preventivo», decían.

Se levantó y se dirigió hacia la puerta. Giró el picaporte, entreabrió la puerta y se asomó. Vio cerca de cinco personas, todas ellas con trajes brillantes futuristas. Salió; y, justo antes de que pudiera decir palabra, notó un ardor en su frente, oyó un disparo y cayó, muerto.

Acto seguido, cinco personas lloraban al ver que, ante la confusión, un padre había matado a su propio hijo, que llevaba años en coma.

Y jamás olvidarían lo inhumanos que hace a los humanos la guerra; cómo las consecuencias del miedo, en sus propias carnes, les había llevado a perder lo que más querían.//

Y la moraleja que la busque quien quiera.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me he quedado sin palabras, tengo un nudo en la garganta, por la fuerza del escrito, por la del sentimiento expresado, por tus palabras..

Cuanta razón lleva lo dicho, cuanto daño nos hace la guerra que sólo nos hace irracionales, cuánto las batallas que nos convierten en simples animales, cuanto odio...

Lau dijo...

Te caes por un barranco que se te antoja infinito, y cierras los ojos muy fuerte, como si eso pudiese amortiguar el golpe. Y de repente te encuentras en medio de algún lugar, solo, y te sientes como si algo grave hubiera pasado. Pero lo cierto es que no ha ocurrido nada.
Y se enciende esa luz que te enseña a ver las cosas de otra manera, que hace que tu cabeza descanse, le da un respiro y le permite pensar; una luz que no se ve facilmente pero que llega un momento en el que se enciende y aparece la claridad; una luz que en ocasiones es necesario que nos enciendan y que al abrir los ojos, tras un leve parpadeo y que nuestras pupilas se acostumbren a la nueva visión que nos rodea, vemos esa claridad añorada en la oscuridad.

Lo malo es cuando realmente nada amortigua ese golpe sentido,cuando las cosas realmente ocurren al desaparecer en llantos las personas que antes encendian una luz y, lo peor, es que todo ocurra a manos de personajes que buscan poder maquillando una pistola con un mensaje falso de paz.


Me aterroriza el realismo de tu texto.
Impresionante.

Se feliz!

Anónimo dijo...

Q jodidamente indentificado me siento con los dos primeros párrafos...

Cómo me gusta esa oscuridad desazonera
y puta guerra
puta guerra.

Anónimo dijo...

Totalmentede acuerdo, mesiento muy identificada con los dos primeros párrafos...

El texto es taaan genial, que me ha dejado casi sin palabras ^^

Miedo...creo uno de los peores sentimientos que existen..te bloquea y saca lo peor de ti :S

Un besitoo

Anónimo dijo...

que catastrofico todo, pero bueno, es asi....


diooos stoy harta de filosofia, y te firmo para que no te enfades bobiiiin!

lo dicho, sigo al suplicio, bsotesss