16.8.07

Buscando las antípodas




Recuerdo que, cuando era pequeño, soñaba con cavar el agujero más hondo del mundo, que soñaba con alcanzar las antípodas.

Recuerdo que, cuando iba a la playa, cavaba con ilusión y brío, soñando con, quizás, cumplir mi sueño.
Recuerdo que, cuando los derrumbamientos de arena demoraban mi objetivo, no ralentizaba el proceso, porque se había hecho dueña de mí la bizarría, asida por la ilusión.
Sólo impedía mi proceso la llamada de unos padres que estaban esperando por su hijo para marcharse a casa.
Recuerdo que, en las circunstancias en las que se me presentaba el momento, maldecía a mis padres, ya que tenía sabido que el crecimiento de la marea acabaría con mi obra.
No obstante, al día siguiente reanudaba mi tarea, que se prolongaba durante toda mi estancia.

Hoy, mucho tiempo después de mis experiencias pueriles citadas, he vuelto a la playa. Estaba disfrutando de mi estancia: el sol bañaba mi piel, la brisa marina me embriagaba... Además de darme unos baños y disfrutar de las vistas que se me presentaban, esos cuerpos bronceados por el sol de estío que dejaban poco que imaginar a una mente perversamente imaginativa.
Pero ha habido una imagen que ha captado mi atención y me ha, en cierto modo, conmovido. Ante mí se hallaban sentados en la arena dos niños: un niño y una niña. El niño, aparentemente un año mayor que la niña -ella tendría alrededor de tres años-, la rodeaba a ella por el hombro, y parecía contarle cosas sobre el mar, quizás alguna leyenda o experiencia.

De repente me vi imaginando al niño contarle a la niña su ilusión por alcanzar las antípodas mediante un agujero que atravesara la tierra de lado a lado, y a la niña contestándole que a ella también la encantaría, y que quizás podrían hacerlo juntos.
De repente vi que los niños se habían levantado y se habían metido en el agua, sorprendiéndome de mí mismo por haber relacionado a aquellos chiquillos con mis ilusiones infantiles.

Y, acto seguido, recordando cómo había estado yo disfrutando del paisaje de playa, me di cuenta de que cuanto más grandes se hacen las personas, menor es su ilusión, y mayor es su perversión. Quizás ya sea tarde para soñar con agujeros que atraviesan el planeta, y sea hora de intentar plantar cara a todos los problemas. Intentar ser más responsable, más consciente, menos inocente. Quizás sea hoy el día de dar el giro que tanto tiempo vengo necesitando. Quizás sea hoy el día de marcar rumbo, y de cambiar.

No obstante, me sorprendí cavando un agujero, con intención de ahogar mis pensamientos. Eso sí, esta vez fui yo quien me levanté, sin petición alguna que me reclamara.//


Sé que tengo cosas mejores, pero hoy no se puede pedir más.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es tuyo ?
o.O

no joooribies ?
a ver si además de fotógrafo, vas a ser escritor
y tenemos en el instituto un artista de los pies a la cabezaaaa xDD

bueno, ya me pasaré otro día por aquí, que tengo que cenar y dormir muuucho mucho
tú tb jajaja

cuidate tiiiio
saludos !

Anónimo dijo...

No será el mejor [para ti] pero yo me emocioné...

Hace mucho tiempo yo también fui esa niña que soñaba con llegar a las antípodas y que creía que todo era tan sencillo como hacer un agujero. Yo también era esa niña que mirando al mar imaginaba historias de hadas y piratas y mundos por descubrir, que no se dejaba adormecer y llevar por la melancolía de saber todo lo que había en ese mundo ahí fuera por descubir y nunca llegaría a conocer...


Ya sabes que me encanta todo lo que escribes, tus fotos, todo tú...y no es por hacerte la pelota ^^


muáaa*

Anónimo dijo...

Mejor?
mejor??


Increible final.
Y tu forma de escribir sí Q se hace más grande...

Anónimo dijo...

Este es uno de los que más me gusta...nunca abandones esos sueños, si se va la ilusión se va una chispita de la vida que te lleva a tirar día a día hacia adelante, y el cambiar significa querer madurar....lo que lleva a muchas cosas, porque cuando pasan los años, los proyectos, los sueños y recuerdas cuando eras pequeño te das cuenta de que la vida es como quisieras que fuera, se vuelve todo más complejo, responsabilidades, luchas, deberes, sonreir cuando no te apetece...mentir para no hacer daño a la gente que quieres, fingir cuando perfectamente sabes que te mienten...


merece la pena hacer lo que se supone que debes más veces de lo que realmente kieres?